Melincué: un lugar de descanso con... ¿un penal?
Identificada con la deslumbrante Laguna de Melincué, la ciudad homónima se emplaza en el sur de la provincia de Santa Fe, en el departamento General López. Tranquila, cautivante y dueña de una amplia gama de posibilidades, renace a la vida respaldada por un reluciente Casino.
Corría el siglo XIX cuando, situado a orillas de la laguna, el poblado creció dinámico y pujante al compás de la multitud de personas que llegaban para combatir en sus aguas saladas las dolencias reumáticas y los embates del verano pampeano. No obstante, la imprevisible e indominable Melincué, repentinamente arrasó con todo lo que halló a su paso, dejando sólo ruinas.
Ahora, debido a las obras hídricas efectuadas sobre la laguna por el gobierno provincial, y gracias a las inversiones concretadas en el Casino & Resort Melincué, la ciudad renueva las esperanzas de volver a ser un polo turístico progresista y codiciado. Desagote, limpieza y contención del nivel de la laguna; reacondicionamiento de las vías de acceso; construcción de un encantador hotel cuya vista recoge el curso de agua y los alrededores; fueron algunas de las tareas previas al relanzamiento de Melincué como destino.
Actualmente se encuentra en desarrollo un proyecto cuyas pretensiones residen en rescatar el valor patrimonial de edificaciones de la zona; renovar las ofertas turísticas de esparcimiento y relax; y recuperar con esto el esplendor que tuvieran en otras épocas las ciudades de Melincué y Firmat, unidas por un corredor de 25 kilómetros.
Es que la Laguna de Melincué contiene en sus 12.000 hectáreas de extensión aguas de inimaginables propiedades curativas, y barros ideales para tratamientos faciales, de belleza y relajación muscular, que han llevado a la Cámara de Senadores de Santa Fe a declarar a la ciudad Capital del Turismo Termal.
El 28 de septiembre de 2007, queda oficialmente inaugurado el primer casino legalmente habilitado en la historia de la provincia de Santa Fe. El emprendimiento es copropiedad de la empresa argentina Boldt y la compañía catalana Inverama.
Los vecinos rechazaron la medida y dicen que afectará al turismo que tiene la localidad y la zona. El presidente comunal asegura que no es una nueva cárcel sino el traslado de la que ya funciona. Presión para que se haga un plebiscito por el proyecto
La propuesta para la construcción de una unidad penitenciaria en Melincué fue blanco de críticas y resistencias. Más allá de las encuestas que el senador, Lisandro Enrico, uno de los que motorizan la iniciativa, se encargó de difundir y aseguraban el acuerdo mayoritario de la población, vecinos de la localidad se organizaron, juntaron firmas e iniciaron una intensa campaña para oponerse a la construcción del establecimiento penal.
“Nosotros nos manejamos de manera responsable. No nos parece que es el lugar. Melincué Licitación para el predio donde se construiría el establecimiento. Un solo oferente. Entre 13 y 10 hectáreas. Lógica transitiva en los argumentos de negación: llegada de familiares de los presos incrementaría los riesgos de delitos en Melincué. Ausencia a apelaciones a las ilegalidades en torno al casino: exhibido como potencial turístico y no como fuente de despojo de los sectores asalariados y nudo de apuestas y negocios espurio”, comenta Alicia Fernández, referente de los vecinos autoconvocados.
Como exgerenta del hotel del casino, asegura que el potencial turístico del pueblo no se centra únicamente en el juego y que la instalación de una unidad penitenciaria deteriora la imagen necesaria para atraer a los visitantes que buscan un lugar tranquilo y confortable. Siguiendo una lógica transitiva, la presencia de una cárcel, se deduce, intensificaría los riesgos y delitos. El entredicho se produce en un marco de suma complicación. Por un lado, las propuestas vinculadas al aumento punitivo y el recrudecimiento penal, que tienen como objetivo el aumento de las cárceles y la mayor persecución e intensificación de la selectividad en los encarcelamiento; y por el otro, el rechazo de la población que, por momentos, agita fantasmas de estigmatización y pinta un panorama signado por la confusión y el temor.
La construcción de una cárcel haría llegar a los familiares de los convictos, lo que se interpreta como un factor de peligro para la comunidad. Sin embargo, poco y nada se aducen los crímenes gestados alrededor del negocio del juego y que subyace la belleza turística de la Melincué atracción de visitantes. No se menciona el subsuelo de violencia, narcotráfico, prostitución y lavado sobre el que se asienta esa imagen de puerto turístico.
"Nosotros vivimos del turismo, tenemos un casino. Cómo vamos a tener una cárcel a veinte cuadras del centro", se preguntan.
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