¿Alguna vez has experimentado una enorme sensación entre el vértigo y la ilusión al comprar ese billete de avión o antes de lanzarte a la aventura? Pues esa mezcla de sentimientos tiene nombre y no es otro que la palabra sueca 'resfeber'. ¡Ha llegado el momento de analizarla en profundidad!
Si eres un 'espíritu wanderlust', estamos seguros de que esto te ha ocurrido en más de una ocasión. Pongámonos en situación, estas frente al ordenador a punto de hacer clic en el 'botón de compra' para ese viaje que llevas meses planeando o estás esperando en la cola de embarque antes de subir al avión y de pronto te surgen dudas de todo tipo, pasando por estrés, nervios, emoción...¡y decenas de sentimientos más corren por tu cerebro! ¿Qué ocurre exactamente? ¿Puede que haya sido una mala idea el viaje? ¿Arrepentimiento quizá? ¡Nada de eso!
Puedes estar tranquilo porque esta situación es mucho más habitual de lo que uno puede pensar y esa mezcla de sentimientos entre los nervios y la ilusión es algo común. Lo que pasa es que hasta ahora nadie le había puesto un nombre y al igual que ocurrió hace años con el término 'Wanderlust', ha sido ahora cuando a ese estado de ánimo se le ha encontrado un término adecuado para referirnos a él.
En esta ocasión cambiamos el alemán por el sueco, pues ha sido este país nórdico quien se merece el reconocimiento de autoría.
Resfeber es una palabra sueca que cada vez está sonando con más fuerza entre los viajeros millennials y por los pasillos de Instagram (en la red social este término ya cuenta con más de 28.000 menciones...¡y subiendo!).
Antes de ponernos a analizar este concepto en profundidad toca ponerse a prueba. Has sufrido 'resfeber' si...
- La noche antes a ese viaje te cuesta conciliar el sueño y mil pensamientos pasan por tu cabeza.
- En el momento de darle al botón de comprar te lo piensas mil veces y analizas todas las situaciones posibles.
- Cuando los días previos al viaje estás raro y sientes un pequeño malestar en el cuerpo pero a la vez ilusión, nervios, incertidumbre, ganas...¡como si tu cerebro fuera una centrifugadora de sentimientos opuestos!
- El miedo se apodera de ti cuando decides dejar el trabajo y lanzarte a dar la vuelta al mundo o a emprender ese viaje por Latinoamérica que tanto tiempo llevabas soñando.
- Sientes un hormigueo en el estómago en la cola de embarque y no sabrías identificarlo como algo positivo o negativo.
- Cuando una vez iniciado ya el viaje, los primeros días no disfrutas del todo pero al final acaba siendo una de las mejores experiencias de toda tu vida.
¡BINGO! Ya puedes incorporar la palabra resfeber a tu diccionario.
¿QUÉ ES, EXACTAMENTE, 'RESFEBER'?
Es un término sueco que no tiene traducción al español y que se podría traducir como "la combinación entre la emoción y estrés que surge antes de emprender un viaje".
Michael Brein, conocido doctor de psicología social, es considerado como el primer psicólogo de viajes al haber vagado alrededor de todo el mundo (más de 125 países)entrevistando a casi 2000 viajeros que le ofrecieron entre 5000 a 10000 historias recogidas durante cuatro décadas.
Estos testimonios le permitieron analizar al ser humano a la hora de viajar y aprender una gran cantidad de conocimientos que hoy divulga en libros, artículos y demás plataformas de comunicación. “Llegué a la conclusión de que la mejor manera de aprender sobre la psicología de los viajes sería entrevistar a los viajeros. Por lo tanto, mi conocimiento de los factores psicológicos involucrados en los viajes proviene en gran parte de esas entrevistas”, indica Michael Brein a Traveler.es.
Este nómada empedernido de 77 años reconoce que hasta el momento desconocía este término pero que perfectamente se podría traducir como la “fiebre del viaje”. “Muy a menudo he experimentado una combinación entre estrés e ilusión al inicio de un nuevo y brillante día en un lugar maravilloso, pensando para mis adentros: '¡Este es el primer paso del resto de mi vida!' Siempre estoy emocionado y ansioso por ver qué ocurrirá al comienzo de cada nuevo día y nuevo destino”, reconoce Michael.
El miedo a lo desconocido es uno factores que más entran en juego dentro de esta ecuación. De esto saben bastante Lucía y Rubén, autores del blog de viajes Algoquerecordar que cuentan con miles de seguidores en sus redes sociales y en el 2014 se dieron a conocer por medio mundo con su vídeo 'El síndrome del eterno viajero' que en la actualidad cuenta con más de 800.000 visualizaciones en su canal de Youtube.
“Hace siete años, trabajábamos más de diez horas al día en el sector de la publicidad. Un viaje de un mes a Vietnam y hacer después nuestro cortometraje, hicieron que cambiáramos de vida y nos dedicáramos a perseguir sueños. Después de recorrer durante un año el mundo y estar otros ocho meses por Asia, llegó nuestro hijo Koke, que, con dos años, ya ha estado en 16 países y dormido en más de 130 camas diferentes”, cuentan a Traveler.
Ellos afirman sentir 'resfeber' cada vez que emprenden una aventura, o cómo ellos los denominan “sentir mariposas en el estómago”. Para esta familia de viajeros este concepto es el vértigo a lo desconocido, dejar la rutina a un lado para abrir la puerta a la incertidumbre.
Es, de alguna manera, esa sensación de quitarte el polvo de encima y sentirte un poco más vivo y expectante ante lo que vas a experimentar. “Antes de irnos de viaje o cuando cambiamos de país tenemos esa sensación. El día que eso no ocurra, probablemente dejaremos de viajar”, reflexionan.
A Pepa (29 años), psicóloga, coach, formadora y creadora del portal Viajes Terapéuticos, le costó cuatro años de su vida decidirse a dejarlo todo para reencontrarse a sí misma. En enero de 2017 se lanzó a la aventura sin billete de vuelta y recorrió durante nueve meses gran parte de Sudamérica. “Crecí mucho a nivel personal, aprendí sobre mí, mis límites, mi forma de funcionar. Fue una verdadera experiencia de autoconocimiento y de descubrimiento de otras formas de ver la vida”, nos cuenta.
Pero lo que ahora para ella es algo de lo más positivo, al principio fueron cuatro años de incertidumbre ante el miedo a lo desconocido y cuando se compró el billete pasaron seis meses en los no hubiera un solo día en los que la sensación de 'resfeber' recorriera todo su cuerpo.
“Sentía una mezcla de miedo, alegría, ilusión, incertidumbre. Los miedos eran fundamentalmente a lo desconocido, a viajar sola y principalmente a las consecuencias que podía tener en mi vida laboral. Esa mezcla de emociones no sólo la tuve antes del viaje sino que durante los primeros días ya en ruta se mantuvo”, recuerda.
¿RESFEBER ES UN CONCEPTO POSITIVO O NEGATIVO?
En principio, sin duda alguna es algo positivo, porque en el fondo estamos hablando de un 'miedo' superficial que en lo más profundo de nuestro ser se transforma en ilusión, emoción y ganas por emprender algo distinto, un viaje que puede que nos cambie la vida.
En el momento en el que ese miedo nos paralice más de cuenta, nos bloquee y nos atormente, es hora de replantearse las cosas y preguntarse si de verdad queremos iniciar esa aventura. Pero hasta que eso no llegue, uno debe lanzarse al vacío porque sino al final se arrepentirá de no haber tomado esa decisión.
“Para nosotros no es algo negativo, sino más bien al contrario. Las personas se ponen nerviosas cuando van a dar su primer beso o tener un hijo. Lo que realmente nos importa, hace que nos sintamos más vivos”, indican Lucía y Ruben.
Desde el punto de vista psicológico, Pepa nos aclara qué ocurre exactamente por nuestro cerebro al sentir 'resfeber'. “Cualquier cosa que suponga un desafío para nuestra forma de entender el mundo, de vivir, de sentir y de pensar, activa el miedo amenazando nuestras construcciones psicológicas. Por lo tanto, es normal sentir miedo ante un viaje o experiencia que no conocemos, nuestra mente se anticipa pues puede suponer una amenaza a quiénes somos o nuestras creencias”, recuerda.
¿ESTE ES EL PRECIO A PAGAR POR EL ESPÍRITU WANDERLUST?
Tal vez sí sea el precio a pagar a cambio de tener el espíritu wanderlust. En palabras del experto en psicología de viajes, Michael Brein, “este miedo o ansiedad es el precio que pagamos por lo que anticipamos y sabemos que los viajeros experimentados tendrán un crecimiento personal sorprendente y la satisfacción de muchas necesidades. Es algo que todos debemos hacer para lograr los objetivos y fines que el viaje hace por nosotros. En el fondo sabemos que un poco de sentimientos negativos por lo desconocido solo nos entusiasma aún más”.
La próxima vez que el estremecimiento 'resfeber' invada tu cuerpo recuerda que viajar...:
- Estimula el cerebro al enfrentarnos a la novedad y tener que adaptarnos a nuevas experiencias.
- Disminuye el estrés.
- Mejora el número de horas de sueño y la calidad.
- Aumenta la felicidad.
- Te hace crecer como persona y abrir tu mente.
- Fomenta la orientación y las habilidades sociales.
- Mejora funciones ejecutivas como la planificación, la flexibilidad o la toma de decisiones.
Y no olvides las siguientes recomendaciones:
- No dejes que el miedo se apodere de ti.
- Pasa tiempo en soledad para descubrir qué es exactamente lo que quieres.
- Puedes hacer una lista con los motivos por los que estás tomando esa decisión y llevarla contigo para leerla cuando te entre este sentimiento de nervios y miedo extremo.
- Recuerda la ilusión y alegría del viaje.
- Planifica si eso te hace estar más tranquilo, pero sin dejar de lado la improvisación que puede surgir a lo largo de la aventura.
- ¡Y a disfrutar de la que probablemente será una de las mejores experiencias de tu vida!
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