Viajar en avión cada vez se parece más a desplazarse en autobús. Nos han quitado los menús gratuitos. El espacio entre una fila y otra de asientos se ha reducido sensiblemente. Tenemos que encargarnos nosotros de todo el proceso de facturación. Los precios por meter en la bodega una valija cada vez son más altos. Pero por lo menos, pensamos, siempre podemos agarrarnos a nuestras reducidas maletas de 50 cm x 20 x 40 (aproximadamente) sin que nos cobren por ella.
¿Seguro? Una de las grandes aerolíneas del mundo ha dado el primer paso y, como sabemos, no hay nada como que una empresa líder tenga una idea semejante para que el resto de competidores se decida a imitarlo: es lo que ha ocurrido con United Airlines, una aerolínea con sede en Chicago, la tercera más grande de EEUU, y subsidiaria de United Continental Holdings, que acaba de anunciar una nueva tarifa llamada “basic economy” (sí, hay otra llamada “economy”) con una desagradable sorpresa para los clientes.
“No está permitido el equipaje de mano en los compartimentos superiores”, señala el anuncio de la compañía. Es decir, mientras la maleta o bolsa pueda introducirse en el espacio que se encuentra bajo el asiento del viajero de delante, es válida; sin embargo, esto deja fuera de la promoción a la mayor parte de maletas pequeñas, que exceden con mucho las dimensiones de este espacio.
El objetivo de esta medida es “dar más espacio a las maletas de los pasajeros de la tarifa económica” y “mejorar el proceso de embarque”. No es la única medida de ahorro tomada por la compañía, que ha anunciado que, en comparación con los pasajeros de “economy”, estos no tendrán un asiento asignado hasta el día del viaje, lo que provocará que, aunque se facture al mismo tiempo, eso no garantice sentarse al lado de tu compañero de viaje.
Aunque se presenta como una manera de flexibilización de las ofertas de que dispone el viajero, la compañía espera ingresar hasta 4.800 millones de dólares más para el año 2020, debido a que la medida obliga a aquellos que viajen con maleta a seleccionar un billete de mayor precio o a pagar por su maleta, como informa 'The Huffington Post'. Una medida que ha provocado que algunos empiecen a referirse a este billete con el nombre de “misery class”, algo así como “clase pobre”.
Las asociaciones de viajeros estadounidenses han protestado contra la medida. “Es un ejemplo de lo que ocurre cuando la consolidación aérea va demasiado lejos, eliminando del sistema la elección y la transparencia”, explicaba Charlie Leocha, director de Travelers United. Para la compañía, se trata de todo lo contrario: de ofrecer nuevos productos que se ajusten a las necesidades de cada viajero. Esto, además, permitirá aligerar el tiempo que se tarda en embarcar y desembarcar, una de las causas más frecuentes por las que se producen peleas a bordo. Sin embargo, otros recuerdan que esta medida provocará mucho más trabajo para los encargados de las puertas de embarque que deciden qué bolsa puede introducirse y cuál no:
Actualmente, la compañía, tal y como puede verse en su página web, permite llevar sin cargo un equipaje de mano de 22 cm x 35 x 56 y un artículo personal (como un bolso de mano, una mochila o un portátil) de 22 cm x 25 x 34. En muy poco tiempo, una vez que las nuevas tarifas empiecen a aplicarse, habrá que pagar un poco más si se quiere llevar encima uno de estos complementos, al mismo tiempo que se disfruta de otras ventajas como la posibilidad de elegir asiento, la flexibilidad a la hora de cambiar el vuelo o el derecho a embarcar antes.
Para otros medios como 'Yahoo!' puede tratarse de una muestra de la falta de comunicación entre las compañías aéreas y sus clientes. Una de las interpretaciones que realiza el medio es que, gracias a tarifas como esta, los clientes pueden viajar en aerolíneas de primer nivel como United a un precio muy bajo sin tener que recurrir a las 'low-cost': “A un coste adecuado, la tarifa 'basic economy' de United puede ser un buen producto que proporcione un servicio valioso para muchos de sus usuarios”. Sin embargo, y como ha ocurrido en el caso de otras aerolíneas como Iberia, muchos pueden entender el movimiento como una manera de acercar las compañías tradicionales a los principios de las 'low cost'.
El reportaje realiza una última advertencia: el precedente sentado por United puede tener un efecto pernicioso si otras líneas empiezan a imitarlo. “United, American [Airlines] y Delta son tres de las grandes aerolíneas de toda la vida”, explica. “Son las últimas supervivientes de la era dorada de la aviación comercial. Muchos de los pasajeros han volado con ellos durante décadas. Con el tiempo, se han acostumbrado a un cierto nivel de servicio y comodidades”.
Se trata, sugiere, de un problema de expectativas: cuando uno viaja en una 'low-cost', sabe a lo que atenerse, y espera un servicio mediocre. Por el contrario, al provenir de una aerolínea consolidada, incluso vinculada a otra época en la que los viajes en avión estaban ligados a cierta comodidad, solo puede provocar decepción e indignación, las palabras que mejor definen la reacción ante esta nueva tarifa.
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