3 raros tipos de turismo y las razones por las que son políticamente incorrectos
El día de muertos es una de las festividades más importantes en México. Cada noviembre el país se viste de cempasúchil y adorna sus casas con ofrendas en las que disponen ciertos elementos simbólicos para ofrecer a los difuntos, quienes ese día regresan a sus hogares y se deleitan con los alimentos, juguetes, dulces y hasta cigarros que sus parientes vivos les ofrecen.
Aunado a eso hay peregrinaciones, concursos de ofrendas y desde hace un año un polémico desfile; todo eso atrae a miles de extranjeros a visitar un país que por unos días hace de la muerte una gran fiesta.
Conocido como el tanatoturismo, la actividad de visitar lugares en los que la muerte sea la protagonista no siempre es tan colorido como en México.
Hay otros lugares en los que se respira muerte que también son destinos turísticos de millones de personas. Algo tan simple como las tumbas egipcias son un buen ejemplo. Pero así como el tanatoturismo, hay más formas de viajar que algunos encontrarían demasiado sombrías, incómodas y hasta peligrosas para intentar.
Turismo de desastre
Creemos estar a salvo en nuestras ciudades equipadas con la más alta tecnología, pero alrededor del mundo la naturaleza siempre se encuentra demostrando quién manda. El turismo de desastre es ese en el que la gente, después de algún desastre natural, visita para encontrar consuelo, para ayudar y a veces para darle sentido a su vida.
A veces son considerados antiéticos, pero algunos creen que el turismo siempre puede generar ingresos para ayudar a quienes han perdido todo. Incluso el filósofo Maximiliano Korstanke dice que necesitamos ver y entender la muerte para sentirnos superiores ante los que no lo han logrado. El huracán Katrina es el ejemplo más famoso de éste tipo de turismo.
Turismo del gueto
¿Se puede convertir la pobreza en espectáculo? Lamentablemente a veces sí, y el turismo del gueto, aunque parezca algo nuevo, tiene más de 100 años entre nosotros cuando los dandis de Manhattan y Londres viajaban a los barrios cercanos a ver a la sociedad marginal que antes de eso parecía invisible a sus ojos.
A pesar de que la práctica no es considerada ética, expertos creen que la motivación de la gente para practicar éste tipo de turismo es la curiosidad, y que al visitar destinos como las favelas de Brasil o la zona más afectada por el Apartheid en Sudáfrica, sus ojos se abren a una nueva realidad y se vuelven más comprensivos y receptivos ante otros.
Turismo de Guerra
Se trata de viajar a zonas de guerra, ya sean lugares en los que sucedieron batallas o zonas activas en el momento del viaje. Aunque algunos usaron el término para referirse a los corresponsales de guerra, ahora se enfoca sólo en los que viajan como turistas a esto sitios. Durante la Guerra de Crimea, el escritor Mark Twain junto a otros turistas visitó la ciudad sitiada de Sevastopol en la que la esposa de un comandante vivía, por lo que era una gran atracción turística. Gracias a los turistas, ella recibía información privilegiada que ayudó en estrategias que poco después se llevaban acabo.
Hoy es común que muchos visiten sitios emblemáticos de las grandes guerras, pero también hay quienes van a Palestina, Baghdad e incluso Siria.
El turismo va más allá de magníficos paisajes naturales y bellos sitios arqueológicos, pero ¿está bien hacerlo frente a gente que tal vez perdió todo lo que tenía, y por eso ahora es una atracción turística?
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