lunes, 12 de septiembre de 2016

Diez mitos sobre la malaria de viaje

© Proporcionado por Prisa Noticias
Cada año entre los meses de agosto y noviembre, observamos un aumento en el número de pacientes que acude a nuestra consulta con fiebre tras regresar de un viaje al trópico. Entre las posibles causas de fiebre, la malaria centra nuestra atención dada su potencial gravedad.
Resulta inquietante comprobar año tras año que, a pesar de haberlos aconsejado debidamente, algunos viajeros vuelven con malaria de zonas con alta incidencia de la enfermedad por no haber tomado adecuadamente la profilaxis, haberla abandonado durante el viaje o no haber tomado las precauciones necesarias. Un motivo común para ello es el haber encontrado otra persona (otro viajero, un cooperante…) que le ha convencido de abandonar las medidas de prevención recomendadas, con argumentos que circulan de boca en boca sin ningún fundamento científico que los avale.
A lo largo de 30 años de trabajo como centro de referencia en enfermedades tropicales importadas, en el Servicio de Medicina Tropical del Hospital Clínic de Barcelona hemos identificado diez de estos falsos mitos sobre la malaria, a los que respondemos con argumentos científicos:

1. “No te tomes la profilaxis: es tóxica, y te puede destrozar el hígado. Es peor el remedio que la enfermedad"

Como todo medicamento, los antipalúdicos pueden tener efectos secundarios pero son en la mayoría leves y se pueden tratar de forma sintomática. El fármaco más usado es la combinación de atovaquona y proguanil, que se empieza a tomar un día antes de entrar en zona de riesgo, durante la estancia y una semana después del regreso. La atovaquona puede provocar entre el 1% y el 6% de pacientes una pequeña elevación de transaminasas de forma transitoria sin tener efectos sobre la salud del paciente. Recordemos que la profilaxis hoy en día está solo indicada en aquellos países con una elevada incidencia de malaria, y la recomendamos para proteger de una enfermedad potencialmente mortal, con un 2-3% de mortalidad en viajeros.

2. “Si tomas profilaxis antipalúdica ya estás protegido, por lo que no hace falta que uses repelente ni que duermas con mosquitera"

Aunque los medicamentos antipalúdicos se tomen correctamente, el riesgo de malaria nunca es cero. Por tanto es importante evitar las picaduras de mosquito con repelentes. Recordar que el mosquito Anopheles que transmite la malaria pica sobre todo cuando anochece y durante la noche por lo que son las horas que hay que extremar las precauciones.

3. “Si no te pican los mosquitos habitualmente no hace falta que tomes profilaxis”

Aunque hay personas con menor tendencia a que les piquen los mosquitos, basta una sola picadura de un mosquito infectado para contraer la enfermedad. Hay personas que no hacen reacción a las picaduras de mosquito, por lo que se pueden haber infectado sin darse cuenta.

4. “No te tomes las pastillas: yo he viajado muchas veces sin profilaxis y nunca me ha pasado nada”

Esto es una cuestión de suerte. Es como quien cruza siempre en rojo y nunca le han atropellado. Además el riesgo variará en función del tipo de viaje que hagas y de la incidencia de malaria en el país a visitar. Puede ser que hayas viajado a un país donde hay malaria pero la incidencia es baja y por tanto el riesgo asumible es menor o por el contrario viajar a un país con alta incidencia, lo que aumenta el riesgo.

5. “Tranquilo, en este país no hay malaria"

La malaria es una enfermedad muy prevalente en el mundo (aproximadamente 214 millones de casos al año en 2015) pero cuya distribución ha ido variando a lo largo de la historia (de hecho a principios del siglo XX era una enfermedad endémica de zonas de España como el Delta del Ebro o la Albufera de Valencia). Es por ello que es necesario ir a centros de salud internacional donde se hacen revisiones actualizadas de la situación de cada país y las zonas de riesgo para contraer la enfermedad (que incluso varían dentro de un mismo país).

6. “Tranquilo, si coges malaria no pasa nada porque no es mortal”

La malaria es una enfermedad potencialmente mortal. Según datos de la OMS, en el año 2015 murieron por malaria 438.000 personas y la mortalidad entre viajeros que contraen la enfermedad es del 2-3%. Cuando un viajero empieza con fiebre en un país con riesgo de malaria es fundamental acudir al centro sanitario más cercano para descartar malaria o, si no tiene acceso, iniciar tratamiento empírico. Detectar la malaria de forma precoz disminuye la gravedad de la enfermedad.

7. “Si tomas tónica ya estás protegido por la quinina”

Efectivamente la tónica lleva quinina, que es un antipalúdico. Sin embargo para conseguir dosis de tratamiento de la malaria habría que tomar cantidades enormes (¡más de 20 litros al día!), y además no está demostrada su eficacia.

8. “Tómate extracto de artemisinina o un té de artemisinina que es más natural y también te protege de la malaria”

Los derivados de la artemisinina (como el artesunato) son excelentes tratamientos para la malaria y desde hace unos años los fármacos de elección en el tratamiento de la malaria grave en los hospitales europeos (es decir, cuando la persona ya ha desarrollado síntomas de malaria). Sin embargo la vida media de los derivados de artemisinina es corta y, por tanto, no sirven para prevenir la enfermedad.

9. “Si tomo vitamina B y extracto de ajo ya no me pican los mosquitos”

Las únicas medidas demostradas científicamente para prevenir la malaria son los fármacos antimaláricos, y el uso de mosquiteras y de repelentes antimosquitos, como se explica anteriormente.

10. “En lugar de pastillas lo que tienes que hacer es vacunarte de la malaria”

Actualmente no hay ninguna vacuna para viajeros eficaz contra la malaria aunque se está investigando en ello.
Al final, la salud del viajero durante y después del viaje depende en gran medida de su elección de seguir, o no, las medidas preventivas adecuadas al país visitado.
Jose Muñoz es investigador de ISGlobal y jefe de la Sección de Medicina Tropical y Salud Internacional del Hospital Clínic de Barcelona.
Guillermo Girones es médico especialista del Servicio de Salud Internacional del Hospital Clínic.

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