jueves, 1 de junio de 2017

Cosquín, antigua zona terapéutica

Cosquín, antigua zona terapéutica

Hacia principios de 1900, Cosquín fue tomado como zona terapéutica, debido a su microclima. En esta ciudad se crearon las pensiones para los enfermos de tuberculosis. La mayoría de las personas que vivían en estas pensiones eran adineradas, sus familiares les enviaban dinero mensualmente y el encargado de pagar los giros, era el jefe de correos Palemón Carranza. Sin embargo, aquellos que no poseían familiares, se trasladaban con todos sus bienes, que invertían en la región, quedando a su muerte, todo a disposición del estado.
Cosquín, Córdoba, Argentina.

La amenaza de la tuberculosis retrocede, cuando en 1950, Alexander Fleming descubre la penicilina. Se recetan cócteles de bacteriostáticos + antibióticos (mientras que la prevención de la TBC se trata eficazmente con la vacuna de Heinrich Koch). Y empieza la decadencia de los Hospitales de Altura (como los actuales Hospitales Colonia Santa María, hoy convertido en hospital neuropsiquiátrico, y el Hospital Domingo Funes, transformado en hospital polivalente) y de Llanura (uno en Pergamino), llegando el fin de la terapia de "descanso en zonas secas y asoleadas". En ese entonces Cosquín sufre diez años de decadencia debido a que un factor de su movimiento económico eran los enfermos de tuberculosis.
Hospital Neuropsiquiatrico Santa María del Valle de Punilla, Córdoba, Argentina.

Hospital Domingo Funes, Valle de Punilla, Córdoba, Argentina.
    Volviendo en el tiempo, hace ya unos dos años (2015), un vecino comenzó a escribir su propia historia y desnudó un pasado que permanece oculto; estamos hablando de Guillermo Daniel Viglietti quien comenzó una investigación para conocer la historia oculta de Cosquín, una ciudad que fue una suerte de capital argentina para el tratamiento de la tuberculosis.

Guillermo Daniel Viglietti

    Existe una entrevista concedida a El Diario (Villa Carlos Paz), Viglietti contó: "Yo soy un vecino de Cosquín y estoy trabajando sobre un proyecto para conocer la historia a través de aquellos que nos precedieron en este lugar donde vivimos y como sus vidas se vieron afectadas por una historia que está olvidada. La historia de mis padres, de mis vecinos y de la gente que me rodeaba. Yo de niño notaba que había algo raro, que había una fauna diferente a la que existía en otras partes de mi pueblo, en Cosquín. Mi curiosidad de niño me llevó a descubrir la palabra tuberculosis y su significado para la gente que vivía en la zona y aquellos que llegaron, cómo vivieron, qué hacían y eso me empujó a relatar la historia de mi vida. Es una historia personal que sirve para ilustrar una historia colectiva".
 
Antigua fotografía tomada a enfermos de tuberculosis, Hospital Neuropsiquiatrico Sta María del Valle de Punilla.

"Trabajé con muchas notas de personas que habían sobrevivido a la tuberculosis y que todavía vivían en Cosquín. Me contaron su sufrimiento con esta enfermedad difícil y avergonzante, pero que llevó a la gente que sobrevivió a reintegrarse la sociedad. Eso creo que fue clave y era algo que no siempre se dio. Quedaron pocos sobrevivientes, pero hubo mucha gente que se curó"; agregó durante la entrevista concedida a este medio, y luego reconoció: "Mucha gente no era que se radicaba en Cosquín y se quedaba, sino que les era muy difícil poder regresar a su lugar de origen. Hay que recordar que los habían echado, habían sido expulsados de sus hogares. Muchos se quedaron y fue un proceso muy traumático, una adaptación que les llevó mucho tiempo".
 
Doctores y enfermeros a cargo de pacientes con tuberculosis, Valle de Punilla.

"Hubo gente que murió y otra que se curó. Los que se curaron se salvaron con medicamentos, con una característica que tenía el clima de la zona y por una rebeldía del alma. Era una enfermedad que mataba y sin embargo, mucha gente se salvó. Yo tengo el caso de mis padres, y cuando uno empieza a hablar con la gente, es necesario decirle que soy hijo de tuberculosos. Y eso permitía que se abrieran y que contaran que les había sucedido. Cuando narraban sus historias, yo veía que les seguían causando un profundo dolor, pero bueno, era parte de su vida. Yo no me arrepiento de haber recogido estos testimonios, porque dan cuenta de un momento clave de la región"; destacó.
 
Viglietti reflexionó: "Esta gente me ayudó a vivir, a crecer, y me llenó de lecciones de vida. La idea fue tomar estos testimonios y ficcionarlos en un libro, porque creo que trascienden los nombres propios y los tiempos. Yo rescato el hecho humano, el deseo de salvarse. Yo soy parte de eso, mi madre murió a los ochenta y pico de años, y tuvo hijos, nietos y bisnietos y los conoció a todos. Entonces, tuvo una sobrevida muy buena, pese a que fue una sobreviviente de la tuberculosis. Eso quiero plasmar en el libro. Es una forma también de hacerle un homenaje a esa gente que peleó con la muerte un mano a mano". 
Doctores a cargo de pacientes tuberculosos, Valle de Punilla.

"Pese a que los hospitales (el Hospital Provincial Domingo Funes y el Hospital Colonia Santa María) donde se trataban los enfermos persisten y siguen funcionando, sigue todavía la intención de ocultar eso que nos pasó. Hay algo que no se dice, y los chicos en las escuelas ignoran su historia"; comentó.

"Hay que saber de dónde venimos"
"Yo me preguntaba muchas cosas y así me quedó está curiosidad que todavía tengo. La historia de la tuberculosis fue clave en el desarrollo demográfico de Cosquín, porque venía el enfermo, pero detrás venían sus familiares. Había que darles de comer, vestirlos y alojarlos, entonces Cosquín tenía un poderío económico muy fuerte. Cuando se van los tuberculosos y se encuentra una cura, hubo un fuerte sismo económico en la ciudad. Entonces, la idea es rescatar ese momento. Desde las raíces, Cosquín ha sido un pueblo que recibió numerosas inmigraciones, tal es así, que en la biblioteca tenemos títulos y volúmenes en inglés, francés, alemán y de todos lados"; puntualizó.
 
Enfermos de tuberculosis internados en Punilla.

"Todo eso, ha servido para que el coscoíno tenga cierta particularidad y sea mucho contacto con el mundo, pero todavía no sabemos encontrar una unidad. Hemos ocultado muchas cosas y tenemos que aprender a reconciliarnos con nuestra historia. Este es mi humilde aporte"; completó Viglietti.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario