Los 4 mejores destinos para hacer turismo sustentable

Viajar es una de las experiencias más compartidas, deseadas y valoradas en el mundo entero. Pero no todos los viajes son iguales y en cada recorrido, nace una historia distinta y, con ella, ¡una aventura!

Pero, cuando un verdadero amante de la naturaleza planea su viaje, no escoge cualquier sitio al azar, ni tampoco planea quedarse allí de cualquier forma. Cuidar el ambiente que tantos tesoros le regala es una de sus prioridades; por eso este viajero elige un turismo diferente: el turismo sustentable.

¡Armá tu valija y prepárate para viajar y conocer los lugares más asombrosos del mundo!

¿Cuáles son los mejores destinos para hacer un viaje sustentable?

 Rapa Nui

 

 

 Rodeada de leyendas y misterios, Rapa Nui o la "Isla de Pascua" es la isla más grande de Chile, ubicada a más de 3.500 kilómetros de la costa de este país, sobre el Océano Pacífico, surgida de la conjunción de tres volcanes, y considerada "Patrimonio de la Humanidad".

Es conocida en el mundo por los moáis, las enormes cabezas de piedra tallada que se alzan sobre la tierra desde los años 1500 y 1250 a.C.; monumentos aún en pie de la cultura de los rapanui, la etnia originaria que allí vivía. Hace muy poco se constató, además, que debajo de las cabezas, estaban los cuerpos enterrados. 

 

 Lago Budi

 

 

 Con una gran cantidad de brazos serpenteantes, el Lago Budi se encuentra en Puerto Saavedra, Chile. Éste es uno de los pocos lagos salados que hay en América del Sur, hogar de más de 100 especies de aves y del huaiquil, un pez que solo existe en sus aguas.

Cisnes de cuello negro, gaviotas y otros animales se mezclan con dunas, acantilados, bosques de pino, y una cultura tan rica como ancestral para hacer de éste, un destino ideal para los viajantes más excéntricos.

Los mapuches viven en toda la región, acompañando los paisajes y la belleza del lugar, con la riqueza cultural que solo los habitantes más antiguos conocen bien. 

 

San Pedro de Atacama 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A casi 2 mil kilómetros de Santiago de Chile, se esconde San Pedro de Aracama, la puerta de entrada al desierto de Atacama, uno de los más grandes y áridos del mundo.

A su alrededor se pueden visitar los géiseres del Tatio, el Valle de la Luna y la Reserva nacional "Los Flamencos", además de ruinas arqueológicas, lagunas de colores, el Salar de Atacama, y monumentos históricos como el pucará de Quitor.

San Pedro de Atacama es un pueblo tranquilo, con casas de adobe y calles de tierra. A cada paso, el viajante que lo visita es envuelto con la magia y el misterio que solo un sitio de culturas ancentrales y paisajes que parecen de otro planeta, puede ofrecer.

Al caer la noche, ningún visitante puede dejar de tumbarse a disfrutar de uno de los cielos con más estrellas que jamás haya visto. 

Puerto Williams

 

 

 

Considerada la ciudad más austral del mundo, Puerto Williams se encuentra en la orilla sur del Canal de Beagle, en territorio chileno y es un destino ideal para quienes buscan deslumbrarse con un sitio de valor histórico y natural.

Naturaleza virgen, montañas y paisajes de ensueño se conjugan con zonas de asentamientos coloniales, que datan de las misiones que llegaron tiempo atrás a esas tierras, y las riquezas de la cultura yaghán, los primeros habitantes de la región, para hacer de éste un destino para el viajero real que quiere conocer aquellos lugares a los que solo los más osados llegan. 

 

 

¿Qué es el turismo sustentable? ¿Por qué hacer este tipo de turismo?
Al igual que todo tipo de turismo, el sustentable es una actividad económica que invita a conocer y recorrer paisajes y culturas, pero con el diferencial de que busca mantener el equilibrio entre los intereses sociales, económicos y ecológicos. Básicamente, el turismo sustentable es el que:

• Minimiza los impactos sociales, económicos y ambientales negativos de la actividad turística. Esto quiere decir que busca cuidar los recursos naturales, la calidad del agua, la belleza natural del paisaje, moderar el consumo energético, reducir la contaminación y conservar la biodiversidad.
• Genera un desarrollo económico más justo para las comunidades locales, de manera que no solo participen si no que también, los recursos generados puedan ayudar a mejorar su calidad de vida.
• Tiene en cuenta e involucra a la población local en las decisiones que se toman.
• Contribuye a conservar y proteger el patromonio ambiental y cultural, cuidando los atractivos y la identidad propia de éstos.
• Brinda experiencias de calidad a los visitantes, más significativas (y participativas), que los ayudan a comprender cuestiones propias del lugar y tomar una mayor conciencia sobre la importancia de su cuidado, desde un contacto más cercano con los ecosistemas y las culturas locales.
• Promueve el respeto entre turistas y anfitriones.