jueves, 1 de junio de 2017

Recomendaciones para contribuir siendo un Eco-turista

Recomendaciones para contribuir siendo un Eco-turista

Para practicar un turismo responsable no hace falta irte hasta países exóticos o lejanos proyectos solidarios, también se puede hacer turismo responsable con los atractivos de tu propio entorno e, incluso, con un transporte mucho más sostenible. Por ejemplo, una cuestión recurrente en torno al turismo responsable es que se justifican larguísimos viajes con una gran huella ecológica, para efectuar una corta estancia con una comunidad local de otro continente, aunque sea realizando actividades muy evidentes de turismo responsable y solidario.

Una serie de recomendaciones para que todos y cada uno de nosotros minimicemos los impactos que producimos al viajar, para seguir antes, durante y después del propio viaje. Su lectura merece la pena.



Antes del viaje:
Busca la mayor cantidad de información posible sobre el país que vas a visitar: historia, cultura, economía, naturaleza, religión, cocina…y hasta alguna expresión en el idioma local.
– Si puedes, elige operadores turísticos, compañías aéreas y hoteles comprometidos con las comunidades de acogida y con el medio ambiente.

Durante el viaje:
– Recuerda que las vacaciones también son una ocasión para conocer una cultura diferente: Intenta adaptarte a los usos y costumbres locales, sin imponer tus hábitos y estilos de vida.
– Aunque hayas pagado por tus vacaciones, respeta las normas del lugar: no te empeñes en obtener privilegios y tratos de excepción y no adoptes comportamientos ofensivos o altaneros. Infórmate sobre la práctica de dejar propinas y dar limosna.
– Lleva ropa adecuada y no demasiado llamativa, sobre todo en los lugares de culto. No ostentes riqueza y lujo que estén en contraste con el nivel de vida local.

– Apoya las manifestaciones culturales y la artesanía local: te llevarás a casa recuerdos “de verdad” y ayudarás a la población del país visitado. Infórmate sobre la práctica y los límites del regateo.
– El mundo es bonito porque hay variedad: establece relaciones correctas y cordiales con las poblaciones locales, sin prejuicios.

– Usa los servicios gestionados por la población local, en particular los transportes y las estructuras receptivas. Así conocerás mejor el país y la gente que lo habita y favorecerás la economía local.
– En el camino, deja sólo tus huellas y no otras marcas de tu paso: no a los desperdicios y los graffiti. No te lleves “souvenirs” de los espacios naturales y arqueológicos. No compres productos hechos con plantas o animales en peligro de extinción (por ejemplo marfil, pieles, conchas…).
– En los espacios naturales, y sobre todo en las áreas protegidas, intenta siempre seguir los senderos: no molestes a las plantas ni a los animales, ni dañes los ambientes en los que viven. Visita las áreas protegidas en grupos pequeños, y acompañado por un guía experto, mejor si es local.

– Cierra el grifo, apaga el aire acondicionado y las luces cuando salgas del hotel. Así, ayudas a no desperdiciar agua y energía, recursos valiosísimos para todo el planeta.
– Las personas no son parte del paisaje: Pídeles permiso antes de hacerles fotos.
– Diviértete probando la gastronomía local: ¡para la comida de tu país o la internacional tienes tiempo todo el año!
– Recuerda que no existen pueblos antropológicamente proclives a la prostitución, que el consentimiento de un menor es irrelevante, que el acuerdo con las familias, los hoteleros o los policías no es coartada.
Después del viaje:
– Cuando vuelvas a casa reflexiona sobre lo que has visto y conocido. Si has adquirido compromisos con la gente local (mandar postales, fotos u otros pequeños favores), intenta mantenerlos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario