- Emplear elementos de limpieza poco agresivos, como bicarbonato de sodio o vinagre.
- Como te recomendábamos algunos días atrás, podés empezar por utilizar bombitas compactas de luz fluorescente de bajo consumo.
- Reducir el consumo de baterías. En el caso en que sea necesario utilizarlas, optar por las recargables. El peligro de las pilas se presenta al terminar su vida útil porque tardan muchos años en desintegrarse y los metales mezclados con el medio ambiente contaminan el agua y el aire.
- Utilizar ropa vieja para trapos de limpieza. La reutilización de productos no sólo sirve en función de el reciclado, sino también reduce el consumo y la producción, disminuyendo el impacto sobre el medio ambiente.
- Adquirir productos de las empresas de consumo responsable. Si bien en Argentina todavía no hay muchas empresas que lo tomen en serio, si se presta atención se podrá advertir que cada día hay más opciones "sustentables". Por otro lado, el consumo de alimentos regionales reduce el impacto que implica el traslado masivo de alimentos.
- Reciclar vidrio, latas de aluminio y papel.
- Emplear los desechos orgánicos para hacer compost. Una forma natural de reciclar nuestros alimentos. Acá podés ver como Philips ya lo está implementando en su modelo de cocina para el futuro
- Instalar un control termostático a la caldera y/o radiador. Controlar la temperatura del ambiente correctamente ayuda a reducir el consumo de energía.
- Adquirir pisos y muebles hechos con maderas de árboles de plantación y tapicería de fibra natural.
- Volver a utilizar bolsas de plástico o de cartón de las compras. Algunas cadenas de supermercados en Argentina ya están desarrollando planes para dejar de utilizar las bolas de plástico y concientizar a los consumidores sobre esta ventaja.
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